El último deseo que llovió desde el cielo

Hay historias que parecen sacadas de una película, y otras que superan cualquier guion. Esta sucedió en Detroit (EE.UU.), donde los residentes de un tranquilo vecindario vivieron un momento tan surrealista como emotivo: miles de dólares comenzaron a caer desde un helicóptero, cubriendo calles, techos y jardines con billetes que volaban como hojas al viento.
¿El motivo? Un último deseo.
El autor de esta inusual acción fue un empresario local, dueño de un lavadero de autos muy querido por su comunidad. Según una empleada cercana, el hombre —cuyo nombre no fue revelado públicamente— pidió antes de fallecer que una parte de su fortuna fuera distribuida de forma simbólica, memorable y con alegría, porque, como decía él, “el dinero no debe irse con uno, sino circular”.
Este gesto, que recuerda a esas escenas donde lo imposible se vuelve real, fue grabado por numerosos testigos. En cuestión de horas, los videos se volvieron virales, desatando una ola de comentarios que mezclaban incredulidad, ternura y admiración. Mientras algunos se preguntaban si era legal, las autoridades confirmaron que no habría investigaciones, ya que se trató de un acto voluntario de caridad póstuma.
Más allá del dinero, lo que este hombre dejó no fue solo una lluvia de billetes, sino una lección de generosidad sin condiciones, un regalo a la comunidad que tanto lo quiso y, sin duda, un legado que será recordado mucho más allá de sus calles.
Desde Eres Radio, donde celebramos las historias que nos conectan, nos sumamos a ese homenaje. Porque hay gestos que, como una buena canción, nos sacuden el alma y nos recuerdan que dar también es amar.